En este escrito, que podríamos
bautizar venturosamente como Educando al cretino (pero que no lo haremos
debido a que todos nuestros amigos son un poco cretinos), suceden cosas
extrañas. Una mañana, mientras me hidrataba con café (cosa rara en mi, prefiero
cebar mate), leí en un correo electrónico:
...no la comprendo. Cuándo estábamos juntos ella era diferente. Hace seis meses decidí terminar la relación. Nos vemos diariamente debido a que trabajamos juntos, y en el último tiempo la veo completamente cambiada... ¿Qué pudo haber pasado?... (El resto de la epístola electrónica es una secuencia de oraciones lacrimógenas sin importancia).
Al leerlo pensé: -Este café es una cagada, quién me manda a tomar café. y luego ¿Es que los hombres jamás entenderemos a las mujeres?
Es absurdo encarar la cuestión desde la lógica masculina, particularmente porque la interrogante está planteada en términos erróneos. Es lo mismo preguntarse por qué no entendemos a las mujeres que por qué no comprendemos los principios de la física cuántica. Es decir: no comprendemos porque nunca nos hemos tomado la molestia de estudiar la física cuántica, ni de escuchar a una mujer.
Por inquietante que parezca, las mujeres se comunican. Y su comunicación flota en tantos niveles que es normal que nosotros nos perdamos en el camino. El hombre cuando menciona algo generalmente se refiere a ese algo y nada más. Pero una mujer jamás habla de una sola cosa, y mientras usted, querido lector absorto, se devana los sesos tratando de entender a su ex novia, y su novedosa inclinación por otros caballeros, le recordamos que ella le brindó, oportunamente, toda la información necesaria para comprenderla.
-¿De dónde hemos sacado la idea de que las mujeres necesitan ser rescatadas? -me interrogué, lacónico- Estamos habituados a jugar con el disfraz de un héroe que no somos, y que ellas no necesitan. Ciertamente hay damas que fantasean con príncipes azules (la estulticia no sólo es un bien masculino), pero esta sub-especie femenina se encarga por sí sola de dotar de principados a cualquier gil, de modo que no vale la pena analizarlas. La mujer que nos interesa no busca otra cosa que un compañero -o una compañera, agregué, enardecido, con una voz retumbante y familiar recordándome las cuestiones de género-, y esta cualidad, querido lector abúlico, no se adquiere mediante la lectura furtiva de Cosmopolitan o Gente, o Caras, sino de la exploración de la verdadera masculinidad.
Para entender a las mujeres es necesario escucharlas, y cómo aquí no podemos escucharlas a todas, yo por mi parte he seleccionado la voz y las palabras de una muy especial. Que sea esto a partir de ahora, que reafirme mi corrección y mi encuentro con lo buscado.
Omar Coello/Llué-Asturies- Madrid/2012
Vídeo: Eres - Café Tacuba
...traigo
ResponderEliminarecos
de
la
tarde
callada
en
la
mano
y
una
vela
de
mi
corazón
para
invitarte
y
darte
este
alma
que
viene
para
compartir
contigo
tu
bello
blog
con
un
ramillete
de
oro
y
claveles
dentro...
desde mis
HORAS ROTAS
Y AULA DE PAZ
COMPARTIENDO ILUSION
VICTOR OMAR
CON saludos de la luna al
reflejarse en el mar de la
poesía...
ESPERO SEAN DE VUESTRO AGRADO EL POST POETIZADO DE LEYENDAS DE PASIÓN, BAILANDO CON LOBOS, THE ARTIST, TITANIC SIÉNTEME DE CRIADAS Y SEÑORAS, FLOR DE PASCUA ENEMIGOS PUBLICOS HÁLITO DESAYUNO CON DIAMANTES TIFÓN PULP FICTION, ESTALLIDO MAMMA MIA,JEAN EYRE , TOQUE DE CANELA, STAR WARS,
José
Ramón...