El hombre transparente...




El sonrojado cielo se despliega
sobre la piel del cono sur
mis pupilas se dilatan
con la virtud de la distancia.

Hoy tampoco abrirán los ojos
mis compañeros muertos.

El continente del sur de América no espera nada,
allí se libera la médula
de las palabras.

Las horas permanecen huérfanas,
la luz incendia los
espejos de la memoria,
sólo la noche destapa mi sentidos.

He sido errabundo y solitario
como el mar y los perros,
España me tragó como una concha
y fui carnoso alimento de sus sensuales encantos,
pero no deseo engañarlos,
pertenezco a esa tierra inquieta,
a ese inmenso verde de hormigas
doradas,
allí mis pensamientos se dilatan
como ríos de bifurcados rastros.

Depositaré mis perdidas
y vaciaré mi mente.

Seré yo,
el espejismo,
hebra del cielo y la tierra,
el hombre trasparente


Barcelona/Buenos Aires/Montevideo/Madrid/2008-2011





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