El amor nos convoca y nos desgarra...





Me llamás ángel de amor y luz,
un ser de bondad y eterno fuego,
enviado desde el cielo para guiar sus pasos
por senderos donde los espíritus ansían caminar.

Decís que brillo como un astro en el firmamento;
como un rayo en el crepúsculo, una chispa de la fuente.

Ahora escucha mi respuesta, y deja que el mundo la oiga:
Hablo sin temor sobre lo que conozco;
el puro, el fervoroso amor es el espíritu creador
que hace de las mujeres ángeles.

Yo vivo, existo sólo por vos, sólo en vos.
Nuestras almas juntas yacen atadas
por las antiguas leyes sagradas,
y si yo soy un ángel, vos sos la causa.

Mientras mi barco agitaba las espumas del mar,
observé en calma desde la proa:
Encantador el amor brillaba,
el pulso firme sobre el timón;
iluminado en sus bellas formas.

¿Maldeciré entonces el barco que en la noche fue naufragio?
Mi propio barco no es ajeno,
pues él también se ha perdido.

He dejado los tesoros de mi alma a tus pies,
no hay criatura que camine por esta calle
que posea el negro corazón que yo anhelo.

Vos has despreciado todos los tesoros.

Esta llama del altar de Dios,
este fuego sagrado del amor,
que arde como dulce incienso sólo para vos,
hoy será el estigma de mi vergüenza.

Has torturado mi espíritu con tu falsedad,
ignominia que todo lo pervierte;
los ángeles y los demonios nacen del mismo vientre
hasta que la pasión los guía hacia abajo,
o por el camino ascendente.

Son las damas las que abandonan sus vidas
por la locura que brota de la desesperación
como la brasa que en la chimenea consume su calor, o
el desdén que derriba todas las murallas.

El mundo es cruel al juzgar estas cosas,
un gran mal y un gran bien
se alimentan del mismo seno.

El amor nos convoca y nos desgarra,
cubriendo nuestros hombros con sus alas;
y lo mejor bien puede ser lo peor,
y lo odioso ser lo deseable.

Vos deberías agradecer que esta pena se haya ensañado así,
pues el demonio ha enterrado al ángel que hay en mí.



Montevideo/Buenos Aires/Madrid/2011




No hay comentarios:

Publicar un comentario