Sentí un funeral en mi cerebro...

Sentí un funeral en mi cerebro,
los deudos iban y venían
arrastrándose hasta que pareció
que el sentido se quebraba definitivamente

Y cuando todos estuvieron sentados,
una liturgia, como un tambor-
comenzó a temblar hasta que pensé
que mi mente enmudecía

Y luego los oí levantar el cajón
y crujió a través de mi alma
con los mismos zapatos de plomo, de nuevo,
el espacio comenzó a repicar,
como si todos los cielos fueran campanas
y existir, sólo una oreja,
y yo, y el silencio, alguna raza extraña,
náufraga, solitaria, aquí

Y luego un vacío en la razón, se quebró,
caí, y caí,
y di con un mundo, en cada zambullida,
y terminé sabiendo entonces

Avellaneda-Buenos Aires/2010