Este particular tiempo...





Cuando te veo estar, mi amada indolente,
paseando el hastío de tu mirar profundo,
suspendiendo tu paso lento y armonioso
mientras suena la música que se pierde en las paredes y los techos.

Cuando veo el reflejo de la luz que acaricia,
tu frente coronada de un mórbido atractivo;
donde las luces últimas del sol traen la aurora,
y  tus para mi, fascinantes ojos.

Y me digo: ¡Qué linda es! ¡Qué lozanía extraña!
¡Que aroma que se impregna en mi!
los varios recuerdos,
la habitación y su corazón, prensados como fruta,
y su cuerpo, prestos para el más sabio amor.

¿Serás fruto que en otoño da maduros sabores?
¿O el vaso fúnebre que aguarda ser colmado por las lágrimas?

Sé que ahora son mis ojos arrasados por la cruel melancolía
que no guardan escondido ningún precioso secreto,
que esos dos ojos tuyos.

Pero ¿No basta que seas la más sutil apariencia,
alegrando al corazón que huye de la verdad?
¿Qué más da tontería en vos, o peor aún, la indiferencia?
te saludo adorno o máscara. Sólo adoro tu belleza.



Madrid/2011




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